miércoles, 2 de mayo de 2018

CORSARIO


CORSARIO

El tiempo nos sonríe tras la alcoba
como un bellaco que arde intensamente
por las hojas escritas en la piel del deseo.
Es un filibustero que rapta los segundos,
se azora con la dicha de tenerte,
se detiene en la imagen de tu boca,
es otra eternidad unida al ser del aire
por lo más ignorado de su naturaleza
y las fragancias de tu piel.
Al cabo de un instante de mar embravecido,
se convierte en espejo de infinitos relieves
donde va repitiéndose, sin orden,
la misma curva de las olas
que ahora son tus caderas.
Luego, es color azul esmerilado
sobre la superficie de los dedos,
y más tarde, un relámpago de brillos
que triplica, en las cuencas de mis ojos,
las punzadas de cada incitación.
Cuando entrego mis naves a tus ojos,
me vencen esos dardos que impulsas suavemente
desde las cerbatanas de tus iris
hasta el centro genuino de mi alma.
No te lo digo para que no sepas
cómo disfruto todos los segundos
en los que el deseo es la imagen de un corsario
que aborda tus sentidos con los ojos cerrados.

(SECRETOS DE AMANTES)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)


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