sábado, 31 de marzo de 2018

PROPUESTA DE PROCESIÓN DE ESTACIÓN DE PENITENCIA PARA LORCA







PROPUESTA DE PROCESIÓN DE “ESTACIÓN DE PENITENCIA” PARA LORCA

Todos los lorquinos estamos orgullosos de nuestra Semana Santa, y yo soy uno de ellos. Durante los últimos tiempos he ido madurando una idea que contribuiría a aumentar y completar la dimensión de la Semana Santa lorquina: la creación de una gran procesión de Estación de Penitencia, estrictamente centrada en el Nuevo Testamento y con carácter de recogimiento y penitencia. Esta es mi propuesta:
Se realizaría el Miércoles Santo a partir de las 21 horas y hasta las 1:30 de la madrugada del Jueves Santo, lo que encajaría perfectamente en los actos y procesiones que ahora existen, teniendo en cuenta algunas leves modificaciones que expondré más adelante.
Cada una de las cofradías participantes saldría de su templo con una sola imagen que iría hasta San Patricio acompañada por bandera, estandartes, nazarenos, penitentes y banda de música, realizaría “Estación de Penitencia” en San Patricio y regresaría posteriormente a su templo.
Las cofradías del Paso Negro y del Resucitado, serían los anfitriones en San Patricio, colocarían sus imágenes frente al altar mayor, junto a la imagen de la antigua patrona de Lorca, la Virgen del Alcázar.
El Paso Morado iría desde la capilla del Calvario con su imagen del Cristo del Calvario hasta San Patricio, para después ir hasta la iglesia del Carmen. Solo modificaría el recorrido y tendría el mismo carácter que tiene ahora la noche del Miércoles Santo del Paso Morado. Antiguamente, esta imagen iba a San Patricio.
El Paso Encarnado llevaría una imagen desde San Cristóbal hasta San Patricio y posterior regreso a su iglesia. Mi sugerencia es que sea la del Señor de la Penitencia, lo que proporcionaría un mayor conocimiento de esta imagen y encajaría perfectamente con el carácter de la procesión.
Tanto el Paso Azul como el paso Blanco, llevarían una imagen desde sus templos hasta San Patricio y regreso a sus sedes. Podrían elegir una de sus imágenes actuales, aunque lo adecuado, dada la fortaleza de estos pasos, es que se creara una imagen nueva para esta procesión.
En las parroquias de Cristo Rey, San José, San Mateo y Santiago, se crearían nuevas cofradías, cada una con una imagen para esta procesión, con la participación y aportación de sus feligreses.
La organización se llevaría a cabo por una comisión integrada por todas las cofradías de Lorca (las actuales más las de nueva creación) y el Ayuntamiento de la ciudad.
El punto neurálgico de todos los cortejos sería la Plaza de España, que al contar con cinco calles confluyentes, facilitaría la organización de los recorridos. Cada cortejo entraría en San Patricio por la puerta principal y saldría por la puerta del Carrerón, bajando por la rampa anexa e iniciando el camino de regreso a su sede.
Quedaría a elección de las cofradías la inclusión de novedades, siempre en relación a la tradición y al Nuevo Testamento.     
Fundamentos para esta propuesta:
Esta procesión aglutinaría a la mayoría de los barrios de la ciudad, dando la posibilidad a las parroquias de Cristo Rey (La Viña), San José, San Mateo y Santiago, de ejercer una participación activa y singular. Del mismo modo, potenciaría a las cofradías de La Curia y el Resucitado y daría mayor relieve a Morados, Encarnados, Blancos y Azules.
Contribuiría a aumentar el patrimonio de los Pasos de la Semana Santa lorquina que, junto a todos los actos y procesiones actuales, redondearía una Semana Santa más completa, aumentando así su nivel de excelencia a nivel internacional.
Supondría un nuevo impulso para las próximas décadas, aumentando el trabajo en los talleres de bordados y la posible creación de nuevos. Sobre esto último, sería muy aconsejable la promoción y creación de una Escuela del Bordado Lorquino con rango de Formación Profesional en cualquiera de los institutos de Lorca.
Y además, sería un punto más a favor de la conservación del casco histórico de Lorca y de la economía de la ciudad.
Conclusión:
Esta propuesta es una aportación más de un lorquino que lleva a gala serlo y no tiene más pretensión que la de compartirla con todos aquellos que la vean adecuada. Está abierta a otras aportaciones y dirigida a todos los lorquinos, especialmente a los integrantes de las Cofradías y al Ayuntamiento de la ciudad. Como todas las ideas, es solo un punto de partida, algo que espero sea recibido con agrado y mueva a muchos a considerar esta propuesta como viable. Yo así lo creo.

Mariano Valverde Ruiz ©


miércoles, 28 de marzo de 2018

IGNORANCIA

IGNORANCIA

No saber casi nada es jugar a inventar
que todo es tan perfecto como quieres.
Cuando adviertes las cosas y sus flecos,
la verdadera esencia de lo desconocido,
conoces el valor de la realidad.
La ignorancia reporta otros significados
que desde el interior se transforman en cuentos
para aliviar los sacrificios
del ignorante,
la conciencia del ser que no conoce.
El mundo imaginario surge de la pureza
de la edad inocente,
va recorriendo sin desánimo
una senda hacia otras latitudes:
los juegos marginales de la imaginación.
La materia de todo lo ignoto
es como una granada
cubierta de cortezas y con frutos ocultos.
Cuando la desentrañas, 
te sorprende el dulzor
de los diamantes rojos de su pulpa;
después, te amarga los sentidos
el sabor de los huesos que la forman.
Y eso me sucedió
al pensar que todos los hombres
eran bondadosos por norma.
Mi ignorancia creía en la bondad
como forma de vida.
Hoy, ni siquiera sé
si he llegado a ser un hombre bueno.


(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)

TEBEOS

TEBEOS

Los tebeos llegaron a mis manos
tras iniciar el instituto.
Fueron un descubrimiento fascinante.
Las aventuras de aquellos seres,
con su carrusel de colores,
llenaban mis tardes de fantasía,
daban cobijo a mundos diminutos
que para mí eran muy grandes.
Transformaban al tiempo
para alejar el tedio de las horas,
para eludir al frío de las noches
entre cantos de búhos y silencio.
Como papel con vida propia,
los dibujos se alzaban por el aire,
iban extendiéndose libremente
por el cielo grisáceo de mi realidad,
lo convertían en aves que volaban
por las gasas azules de otro firmamento
formado por mis sueños.
Se erigían en perros vigilantes
de la belleza,
mentores de la edad de la imaginación,
brotes de plantas nuevas
que florecían, como estelas de alegría,
cada semana en el quiosco.


(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)