viernes, 16 de febrero de 2024

CUANDO EL CORAZÓN HABLA, de Manuel Morales

CUANDO EL CORAZÓN HABLA

MANUEL MORALES

NOVELA

EDITARIAL LA ROSA DE PAPEL (2023)

 

Las emociones son el duende que aviva los latidos de la vida. Hay emociones que duermen durante años en la memoria del alma y que despiertan en momentos y situaciones insospechadas, justo cuando el corazón habla con nuestra intimidad. La nueva novela del escritor lorquino Manuel Morales, indaga en la dinámica de esas emociones que descansan en la memoria como flores de juventud y de nostalgia.

Tras Allá en la otra orilla y El infierno que viví, esta es la tercera novela de un autor que también ha publicado Lorca, el día T, o el poemario Sonetos de una vida, además de haber participado en publicaciones colectivas y actos literarios en diversas localidades.

Cuando el corazón habla, nos adentra en los intrincados vericuetos del amor y los conflictos que genera. Lo hace con una historia muy verosímil, aparentemente vivible por cualquiera que preste oído a su corazón y atención a su memoria.

Si nos detenemos en la redacción de la novela, podemos destacar un estilo directo, de verbo ágil y rotundo, una prosa limpia, no recargada de adjetivos y abalorios inútiles para que pueda llegar como una luz templada hasta las habitaciones más profundas del alma. Es una prosa equilibrada y sencilla, que llega con facilidad al lector. Y ese es el mayor regalo que el autor nos hace, lo que rememora aquello que decía Camilo José Cela: “En ocasiones pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano”.

El análisis de los elementos descriptivos demuestra la sutileza con la que están tratados tanto los personajes como los paisajes, el realismo de los escenarios donde sucede la acción, la aproximación metodológica a la complejidad de los sentimientos del alma humana, los guiños o referencias a personas y a grupos (que se intuye son conocidos por el autor). Todo el armazón de la novela se proyecta en lugares paisajísticamente reconocibles de Murcia, Águilas y Lorca.

Teresa y Rafael son los personajes principales. Toda la novela gira en torno a ellos. Están construidos y desarrollados con delicadeza a la vez que con contundencia descriptiva, pero dejan ciertos márgenes para que el lector pueda sentirse identificado con algunos de sus pensamientos y vivencias.

Los personajes secundarios ofrecen a la narración central el complemento necesario para que la historia resulte creíble. El autor no abusa de su presencia ni se desvía del objeto narrativo principal: la historia de Teresa y de Rafael.

La trama de la novela ofrece al lector varias singularidades. Puede acercarse a las relaciones humanas, tanto en la juventud como en la madurez y, también, al mundo del fútbol, la vida cotidiana o los sueños.

Como ya nos avisa el autor en la contraportada “Incluso en la templanza otorgada por la madurez y aun teniendo una vida plena, necesitamos estar presentes, formar parte del todo, estar y sentirnos vivos”. Por eso, esta novela tiene un cariz existencialista y refuerza los valores humanos al mismo tiempo que subraya la necesidad de ser y sentir. También nos lo alumbraba Rubén Darío: “No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura”.

Para ir concluyendo el análisis de los elementos más destacables, es preciso citar el tratamiento realizado por el autor sobre las redes sociales, que a pesar de sus derivadas inquietantes, hacen posible el reencuentro y la comunicación. Su presencia en la realidad actual también condiciona nuestras acciones, incluso nuestros sentimientos. Aunque habría quien señalase a las redes sociales no como un instrumento valioso sino como una realidad paralela.

“La cultura es el vestido del alma” nos dice Manuel Morales y nos recuerda nuestra fragilidad y nuestra fortaleza. Sin la cultura y la lectura como una de las fuentes de la vida, sería fácil que la salud, tanto de los hombres, como de la sociedad, se deteriorase. Y esta novela también contribuye al fomento de la lectura haciéndola cercana y entendible, una lectura saludable, beneficiosa y útil porque “la salud humana es el reflejo de la salud de la Tierra”, como sentenció Heráclito. 

Cuando el corazón habla, es una novela realista y actual, con un toque romántico y entrañable, que anima al lector a seguir devorando las páginas con naturalidad. A lo largo de la obra, los hechos se van sucediendo con fluidez y claridad para satisfacer el deseo de saber qué ocurre en el siguiente capítulo, hasta desembocar en un final inesperado. Un final que, como hubiese apostillado Miguel Delibes: “las cosas podían haber sucedido de cualquier manera y, sin embargo, sucedieron así”. Yo tampoco voy a decir qué sucedió en el capítulo definitivo. Su descubrimiento, será la maravillosa recompensa que recibirá el lector, al conocer, de primera mano, la íntima verdad de Teresa y Rafael.

 

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jueves, 15 de febrero de 2024

TODA MI VIDA... RELATOS DEL ENCIERRO de Jesús Cánovas

 


TODA MI VIDA MATANDO TONTOS Y AHORA VOY Y ME CONVIERTO EN UN CONSPITANOICO Y OTROS RELATOS DEL ENCIERRO

RELATOS

JESÚS CÁNOVAS MARTÍNEZ

EDITORIAL CÍRCULO ROJO (2023)

 

¿Cuál es la línea que separa la realidad de la ficción? ¿Es la ironía una forma de salvación ante la asfixiante presencia de la realidad? ¿Cómo gestionar todas las emociones que genera una pandemia como la del Covid-19? Jesús Cánovas da respuesta a estas preguntas, y a alguna más, en su última obra narrativa.

Toda mi vida matando tontos y ahora voy y me convierto en un conspiranoico y otros relatos del encierro, además de ser un título inquietante a la vez que divertido, es toda una declaración de intenciones. Pero, si Fran Kafka nos preguntaba: “¿Cómo puede uno alegrarse del mundo salvo cuando huye de él?, más difícil aún es alegrarse de un mundo que nos condena a renunciar a nuestra libertad para intentar mantener la vida. De la incomprensión y el desasosiego originados por esta lógica, nacen estos textos.  

El libro está formado por 14 relatos que giran en torno a las experiencias vividas en 2020 y 2021 como consecuencia de una situación nunca afrontada por nuestras generaciones y que marcaron, de una forma u otra, el devenir de nuestras vidas con el mutante acecho de la muerte tras la puerta de nuestras intimidades. El autor aborda esta aciaga época desde la óptica de la ironía, el humor, la sátira y el sarcasmo, confiriendo a la palabra la dimensión de refugio para intentar sobreponerse al desconcierto, vulnerabilidad e indignación que provocó la pandemia.

Desde un punto de vista estilístico, destaca una prosa fluida, salpicada de oportunas referencias literarias, humor sin concesiones, sarcasmo a veces, y con un ritmo narrativo que penetra en los sentidos para sacudir la conciencia y acercarse a la duda o al escepticismo. Utiliza un lenguaje certero, con un vocabulario actual no exento de cultismos, que confiere a la obra un aura muy personal y significativa del estilo al que nos tiene acostumbrados el autor con su narrativa y sus reflexiones.

A lo largo del libro se muestra una galería de personajes singulares, algunos de ellos en situaciones reconocibles y cercanas, y otros que son fruto de un afilado ajuste de cuentas literario. Todos ellos navegan con sus propios medios en el mar de la vida que, de pronto, y sin previa preparación para ello, se presenta como una prueba definitiva para el instinto de supervivencia. Estos personajes tienen la virtud de “enseñar con la actitud, el gesto y la palabra” como decía Gabriela Mistral.

Con su lectura nos vamos adentrando en los recovecos y los perfiles de la singularidad de la pandemia del Covid-19: Las teorías conspiranoicas sobre la vida en la Tierra; Los conflictos internos que aviva la reclusión; Las dificultades de la convivencia y las miserias humanas que afloran en situaciones extremas; Los bancos, ¡ah!... Los bancos… las colas, el orden, las imposiciones “por nuestro bien”; La vida conyugal y la desazón por el futuro inmediato de los trabajadores; La felicidad y la jubilación; Los sonidos del piso de arriba, el delirio y la dignidad; La compañía de las mascotas domésticas, su lealtad y cariño; El debate de las vacunas; La manipulación y la conspiración de los poderes en la sombra; Las formas de sobrevivir en un entorno apocalíptico; El origen del virus y sus consecuencias; La destrucción de todo lo conocido; El drama de las residencias de mayores; La pospandemia y las posibles formas de vida utópica; El recurso de la vena estoica para acercarse a una visión tolerable de un nuevo orden; El antivacunas; La oscura odisea de un camarero encerrado en casa con su mujer, su suegra y la magia negra; Una coartada casi perfecta que no puede sortear la fatalidad del destino. En fin, toda una exposición de motivos y situaciones, por las que, pasado el tiempo, poder alegrarse de estar vivo y con un mínimo de cordura.

Este libro representa unas pinceladas en el cuadro impresionista de la existencia, la expresión satírico-dramática de una realidad para la que no nos prepararon, el afilado discurso del escepticismo o la única forma posible de superar el desconcierto y la indignación. Afortunadamente, es el reflejo de una época ya pasada, de la que, como decía Kurt Smith: “el problema es que la gente sabe poco, pero habla demasiado”.

Hay muchas formas de acercarse a la definición del entorno dialéctico de este libro, una obra que dialoga con nuestro interior, que lo sacude y que nos hace cuestionar los grandes temas de la vida: experiencia, amor y muerte. Todos ellos se deben ver desde la óptica de un creador que sigue el consejo de Albert Einstein: “Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor” o piensa, como Woody Allen: “no quiero alcanzar la inmortalidad a través de mi trabajo. La quiero conseguir sin morir.” Fina ironía, donde las haya.

Pocas veces, en tan pocas páginas, un autor ha podido acercarse a las claves del alma, a sus sombras y a sus luces, a esa mínima dimensión de lo humano que hace que la lectura lleve hacia la grandeza universal de la existencia. Y todo ello lo hace bajo un mensaje implícito, entendible para los buenos lectores aunque no figure en el texto, que se asemeja a lo que aseveraba Bod Marley: “Soy responsable de lo que digo, no de lo que entiendas.” Os animo a la lectura de estos relatos sobre el “encierro”. No dejarán indiferente a nadie.

 

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