domingo, 9 de marzo de 2025

FUEGO

 


FUEGO

 

Aún se escucha el crepitar de las llamas en el interior de las cavernas. Los ojos asombrados de quienes nos precedieron, tenían razón. El fuego formaba parte de nuestra existencia. Nos llegaba desde las estrellas como un latigazo de energía, bajaba de las nubes como un castigo del cielo y salía de las entrañas de la tierra como una verdad ardiente. Cuando aprendimos a imitar su poder, nos creímos hijos de los dioses. Y llegamos a jugar con su capacidad para transformar las cosas. También sentimos otra clase de fuego en nuestro interior: la fuerza de nuestros impulsos, la dinámica de nuestros instintos. Pensamos, inocentemente, que lo que arde en nuestro interior nunca llegará a ser ceniza. Pero estábamos equivocados. Lo que se cumple para algunas cosas no se cumple para los humanos. Pero, sí es cierto, que lo que no arde con intensidad, aunque no se vea la llama, nunca llegará a ser ceniza. Aunque nos duela.

 Mariano Valverde Ruiz (c)

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