COMPARACIONES
La belleza de una mirada se parece mucho al amor. Hay ojos que observan mientras construyen un universo. Esos ojos transmiten al pensamiento una idea simple y cotidiana: es demasiado tarde para volverse atrás en el ciclo de la vida que han iniciado. Son como la espoleta de una bomba que lleva al deseo como munición y metralla. También saben que es demasiado pronto para intentar abandonar el sendero del destino sin haber vivido la grandeza de la pasión. Siguen sin saber qué es el amor y lo comparan con lo más sublime, con el imperio voraz de los sentidos, con una luna llena de incógnitas, con los márgenes del tiempo, con la cosmogonía del universo, con todo lo inmaterial, con lo que no se ve y, sin embargo, llena la existencia del sentido de la vida, sin comparación posible.
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