DECISIONES
Tomo conciencia de
que he despertado en mitad de la noche. Abro los ojos y miro el reloj. Son las
seis de la mañana. Recuerdo lo que estaba soñando. Un sudor frío me recorre la
piel. Quiero cambiar de idea y pasa por mi mente la posibilidad de levantarme e
ir a contemplar el amanecer junto al mar. Mis ilusiones se parecen a un vuelo
de gaviota bajo el alba. Tengo la humedad del mar en mi piel. Ya no es un sudor
frío. Imagino qué habría dicho Whitman de un momento como el que estoy
viviendo. Tal vez pensase en las lilas de su huerto o en las estrellas que
iluminan el cielo o en el retorno de la primavera. Ante ese dilema, quizá
optase por levantarse y ponerse a escribir lo que pasaba por su mente y no decidiera
dejar pasar el tiempo mientras contemplaba un amanecer. ¿Quién lo sabe? No es
el destino ni el azar quien dirige la vida, son las decisiones que tomamos las
que marcan el rumbo de nuestra existencia. Sin dudarlo más, me levanto, me
visto y salgo a la calle dispuesto a ver, al mar y al horizonte, cambiar de
luz.
Mariano Valverde Ruiz (c)
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