FRUSTRACIONES
Escucho una canción que
se abre paso entre los delicados alveolos del aire. Son los cabellos de la brisa
quienes se peinan con las púas de la imaginación. Es una canción que habla del
color del amor, si es que el amor tiene un solo color, cosa que dudo. Retomo el
paso que acompasa la música al otro lado de la puerta del silencio. Detengo el
tiempo un instante en la página que cuenta mi última frase. Tiene algo de
misterio ese instante robado a la dinámica constante del tiempo. Y, sin darme
cuenta, se detiene el sonido, la luz se acompasa, toma forma la paz que inspira
las ideas de quien escribe con el corazón. Y soy un hombre completo. Pero, sin
que pueda remediarlo, los elementos que componen las sombras, intervienen en mi
momento mágico para que todo se frustre y se vaya al garete. Es imposible crear
algo nuevo si no se acaricia el cabello de la soledad. Por eso es necesario
plantearse la escritura como un aprendizaje permanente. Eso evita frustraciones
innecesarias. Y gritos en el silencio.

No hay comentarios:
Publicar un comentario