viernes, 14 de junio de 2019

EL JARDÍN DE LOS LABIOS




EL JARDÍN DE LOS LABIOS


Los muros de La Alhambra
son testigos de la longevidad
que otorgas a tus besos.
Terminan donde nacen,
van y vienen, son uno que no acaba.

Das color y motivos a mi boca
para que decore con arabescos
las comisuras de tus labios,
para que invente
las excusas más simples
que explican mi torpeza
por no estar a la altura del poema
que escribes en el aire,
y no conocer versos en lengua árabe
que acompañen a tu belleza.

Intento componer,
como si fuese un poeta nazarí,
un verso enamorado
del jardín de tu boca,
con todos los azules de tus labios,
con el tacto silvestre de las flores,
con la humedad brillante del rocío,
para dotar a mis palabras
del enigma sensual de su cultura.

Doy alas a mi cuerpo
y me propongo ser melaza y almizcle
entre las celosías del deseo,
una imagen diluida en el jazmín
que porta el aire hasta tu piel,
la luz de la alcazaba
reverberando sentimientos
junto al Generalife,
o el agua de la vida
que corre por las fuentes del palacio.

Viajo por el espacio hasta los pétalos
de las primeras rosas
de estos jardines primorosos.
Imagino una escena junto al muro
en la que te confundes con las flores
y me convierto en tu jardinero.

Quiero ser el sultán de tu belleza.

Las murallas comparten en silencio
el tiempo en que somos poema
y caminamos juntos
por el jardín ardiente de los labios.


(SECRETOS DE AMANTES)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)

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