sábado, 1 de junio de 2019

COMO SERES ETÉREOS




COMO SERES ETÉREOS


Permanecimos quietos, sorprendidos,
agazapados dentro del espasmo
que nos había roto para siempre
las fibras del silencio.

No existía el paisaje
al otro lado de los cuerpos,
ni las formas rectilíneas
de aquel piso alquilado,
de aquella limpia alcoba
que era todo el mundo visible.

Éramos todo y nada,
la plenitud del cielo,
la alegría de ser completamente,
dos cuerpos entre sábanas
que respiraban
todo el aire del universo.

Y así estuvimos
durante unos minutos,
como seres etéreos,
almas en duermevela
que apenas comprendían
lo que habían sentido.

Habíamos descubierto
cómo era el tacto de la piel
que completaba nuestros cuerpos,
la textura de un nexo compatible
que nos hacía sentir únicos.

Nos habíamos encontrado
junto a las llaves
que abrían las puertas
de la felicidad.

A partir de ese instante,
deberíamos cruzar el umbral
que nos separaba del mundo,
volver a la realidad
para hacer comprensibles
los misterios arcanos del amor.

Era una obligación irrenunciable
para dos cuerpos complacidos
por la etérea dicha del hallazgo
que, en aquel momento,
no querían abandonar su estado
de plenitud y de sorpresa.


(SECRETOS DE AMANTES)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)


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