lunes, 13 de noviembre de 2017

ATARDECER EN LORCA





ATARDECER EN LORCA


Cuando contemplo un atardecer en Lorca,
me sucede a menudo
que encuentro mi pasado más cercano.
No sé por qué, ni cómo ocurre ese milagro
que asocia la memoria al tiempo pretérito,
pero mis sentimientos se trasladan
hasta una dimensión donde aún reina
una flor de azahar y un paisaje sereno.
Me inunda la nostalgia y las viejas imágenes
de aquel pueblo de pulso armónico
llenan mis pensamientos de instantes muy dichosos.
Revivo situaciones, lugares y personas
que fueron el paisaje de los años sesenta
sin que pueda fijar en qué momento
formaron parte de mi vida
o salieron de ella.
Con cada atardecer
la luz va cambiando las cosas.
Mientras se esconde el sol
se diluyen los límites del tiempo.
Noto que yo también soy un atardecer
para el que queda ya demasiado lejano
el sol de aquella infancia observadora,
una realidad que nunca volverá
a volar sobre los tejados
como las golondrinas de esta tarde.


(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados 
Mariano Valverde Ruiz (c)

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