TODAS LAS MAÑANAS SE
ASOMA UN ÁNGEL A MI VENTANA
ANTONIO SOTO ALCÓN
II PREMIO DE POESÍA DIONISIA
GARCÍA-UNIVERSIDAD DE MURCIA
UNIVERSIDAD DE MURCIA
Tomar entre las manos Todas las mañanas se asoma un ángel a mi
ventana y acercarse a los poemas de Antonio Soto es exponerse a recibir un
latigazo de emociones, un estremecimiento interior que es la puesta de largo
para la musa de las sensaciones.
En las páginas de este
libro de poemas late con intensidad el existencialismo puro de los hombres que
miran a la vida de cara y que a la vez se dejan llevar por la belleza de las
palabras. Fluyen como las aguas de un río de aguas claras tanto el vértigo de la
vida como el dramatismo y la angustia a que se enfrenta un hombre que sabe que
tras la muerte no queda nada.
En cada verso se
acentúa el fulgor de la palabra certera, la voz de un poeta que atisba la única
certeza entre el escepticismo que le alumbra. Se pregunta por su infancia, su
juventud, su vida y duda de que existieran. Es una exposición sin cortapisas de
la naturaleza humana, de sus virtudes y de sus miserias, una vida que deja un
poso de tristeza.
Con composiciones de
gran profundidad, que a veces son una pugna entre filosofía y realismo, el
personaje poético de este libro trata temas como la soledad, el escepticismo,
la amargura, la agónica despedida del tiempo, el amor predestinado, la vida
como un viaje, el perdedor, el mar, el miedo, la felicidad, la contemplación,
los recuerdos y la vida como una batalla sobre las aguas del mar que nos lleva.
El hombre es un barco que se aleja en el atardecer hacia la metáfora del
olvido.
A lo largo de los 51
poemas que forman el poemario, Antonio utiliza tanto la primera como la segunda
persona. En unos casos hace suyos los sentimientos, en otros nos advierte de su
inmediatez. Se van alternando versos medidos con otros de métrica libre,
dejándonos claro que lo que importa al poeta es el fondo, y que la forma y el
ritmo están a su servicio, a merced del alma del poeta, son ella misma. Poemas
cortos, intensos y certeros, que disparan sus ideas como dardos que van
directamente al corazón del lector.
Todas
las mañanas se asoma un ángel a mi ventana es un libro que
nos demuestra que la poesía es necesaria para explicar la existencia y los
sentimientos que genera, un libro que nos recuerda que somos herederos de la tradición,
que intentamos escribir el mismo poema que han escrito otros con nuestra propia
sangre, y que la vida nos lleva sin remedio hasta donde no quedan ni cenizas,
ni tan siquiera olvido. Un libro necesario, de auténtica poesía, lleno de imágenes
impactantes y donde la belleza sublima su nombre.
En definitiva, ésta es
la palabra de un tigre acorralado por el
fuego como nos advierte Antonio Soto en uno de los primeros poemas, una
palabra que llega hasta nuestras conciencias y se instala en ellas para
quedarse. La palabra de un hombre que se derrama en cada letra como el pigmento
de un pincel de aire.
RESEÑAS
2 de junio de 2015
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Mariano Valverde Ruiz ©
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