Nunca debes dejar de soñar. Si no duermes, sueña despierto. Notarás la elocuencia que posee el insomnio. Emily Dickinson buscaba su lecho en el agua que no duerme, en una habitación abierta al aire eterno, en la amplitud del horizonte, en el vértice que nunca es final... Lo que se interpreta de sus palabras es algo más que el producto de su tiempo en vela. Es la identidad del sueño.
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