Siempre atardece con un tono cercano a la melancolía. La tarde tiene los colores de la nostalgia. Lo que ha sido se despide con el color de las naranjas. Cada atardecer es único e irrepetible. Permite a los ojos navegar en un cielo de historia y de silencio. Saltamos hacia el horizonte como delfines que surcan las olas del aire camino de la noche.
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