viernes, 13 de junio de 2014
EL ORO DEL SILENCIO
Cuando te muestras ante los sentidos
y desnudas mis ojos,
la luz subraya los enigmas
que cubren los extremos de tus cejas.
Convierto la belleza con que callas
en palabras hirvientes
para que queden huellas tan visibles
como las oleadas del océano
que llegan a la playa cada día.
Tu mirada profunda
es sima de misterio: me provoca.
Quiero besar la luz de tus mejillas,
es la divinidad de la que soy súbdito.
Si lo permites sé que tocaré
el oro del silencio en tus párpados,
podré alcanzar con poco sacrificio
una serenidad que iguale en ritmo
a un crepúsculo malva derramándose
entre el hueco que dejan
los visillos del viento.
(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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