domingo, 24 de marzo de 2019

EL VECINO DE SIMEÓN


EL VECINO DE SIMEÓN


Un invierno de empalizadas
que ignora el calor de una hoguera,
le indica que no lo conoce.
La lealtad a la hiedra que separa las casas
de hebreos y cristianos,
le da la condición de vecino distante.
Su presencia se ha vuelto cómplice
del bisbiseo de los días.
Un rumor de Edad Media
corre por los caminos hacia el mar
con el edicto de la Corte.

Para saber que está junto a un hombre como él,
solo será preciso escuchar sus lamentos,
el temor por los suyos,
o la inquietud por el futuro,
notar una mirada cercana
después de saludarle en el portón,
disfrutar de un paseo por las nubes
a las diez de la noche
o compartir un vaso de nostalgia
por todo lo perdido.
Así podrá llenar las alforjas de su asno
con palabras de afecto
y emprender su camino sin rencor.

Tal vez no sea tarde
para entender la diferencia,
piensa el vecino de Simeón.
Pero en el largo invierno
de mil cuatrocientos noventa y dos,
cada hombre cultiva las hiedras
que necesita para su muralla
con el poso de su ignorancia.



(Otra realidad)
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Mariano Valverde Ruiz (c)

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