miércoles, 28 de marzo de 2018

IGNORANCIA

IGNORANCIA

No saber casi nada es jugar a inventar
que todo es tan perfecto como quieres.
Cuando adviertes las cosas y sus flecos,
la verdadera esencia de lo desconocido,
conoces el valor de la realidad.
La ignorancia reporta otros significados
que desde el interior se transforman en cuentos
para aliviar los sacrificios
del ignorante,
la conciencia del ser que no conoce.
El mundo imaginario surge de la pureza
de la edad inocente,
va recorriendo sin desánimo
una senda hacia otras latitudes:
los juegos marginales de la imaginación.
La materia de todo lo ignoto
es como una granada
cubierta de cortezas y con frutos ocultos.
Cuando la desentrañas, 
te sorprende el dulzor
de los diamantes rojos de su pulpa;
después, te amarga los sentidos
el sabor de los huesos que la forman.
Y eso me sucedió
al pensar que todos los hombres
eran bondadosos por norma.
Mi ignorancia creía en la bondad
como forma de vida.
Hoy, ni siquiera sé
si he llegado a ser un hombre bueno.


(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)

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