La luz baña nuestra vida. Es el origen de la energía que somos. Nos miramos en el cielo cuando somos nosotros mismos. Desde que tenemos conciencia buscamos nuestro origen más allá de la Tierra. Y nunca descansaremos hasta saber qué hay al otro lado de la mitad del cielo. Pero esa mitad del azul que vemos, no es casi nada en el infinito.
La pequeñez del ser humano nos abre la mirada a lo trascendente.
ResponderEliminarHermosa manera de decirlo. Aplaudo!!!
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