jueves, 25 de junio de 2020

LOS OLVIDOS IMPRUDENTES



LOS OLVIDOS IMPRUDENTES


Cuando ladran los perros
al frío de la tarde,
el aire mueve
las hojas de los árboles
y agita los sentidos de los hombres
para que busquen dónde cobijarse
de la vil intemperie.

Las gentes corren por las sendas
abiertas en la tierra,
entre los matorrales de cemento,
cruzan puentes metálicos,
sortean los semáforos
de color amarillo,
eluden los abismos
que reclaman sus mentes
y no miran atrás por si arrastran sus sombras.

Unos van hacia sus refugios
como seres cansados de sus propios errores,
otros entran en las tabernas
para quemar su aliento
con una sonrisa cercana,
o siguen el destino de las sombras
que guían sus desvelos.

Pero, a menudo, se olvidan
de ver cómo atardece
en el crepúsculo de un verso,
de disfrutar la luz malva del cielo
o el denso crepitar de los colores
que difuminan el paisaje
con sus tonos inaprensibles.

Olvidan, de forma imprudente,
la ternura del tiempo
que nos dona su abrazo
con la melancolía y la belleza.

Olvidan la materia de los hombres
y todo lo inasible del entorno
que condiciona nuestro mundo.

(c) MARIANO VALVERDE RUIZ
Todos los derechos reservados.

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