Observo en el espejo
dos cuerpos enlazados.
Me acerco al magnetismo de la imagen
para encontrar en ella
una parte de nuestra verdad más deseada.
Mientras suena la música del disco,
subimos hasta otras dimensiones
por la escalera roja de los besos,
vemos donde no llegan nuestros ojos.
El contacto del deseo y la razón
seguirá siendo impulso
para mirar los límites del cosmos,
una fuerza magnética
reservada tan solo para cómplices.
(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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