EL VIAJERO DEL COSMOS
El
poema hace al hombre
como
el traje a las palabras
que
dan un contenido y un contexto
a
ese cosmos de las ideas
y
de las emociones
que
se expande hacia lo profundo.
Y
el hombre viaja
hacia
la búsqueda del más allá
para
intentar dar nombre
al
misterio que guarda entre sus fibras
el
secreto de la belleza.
Más
allá hay otro más allá
y
luego, otro que se repite
sucesivamente.
Después,
el horizonte
multiplica
sus formas
tanto
si se mira hacia dentro
como
hacia los confines
de
las galaxias.
Entonces,
el
hombre toma para su poema
los
elementos que le gustan:
de
la estrella remota,
su
brillo natural de rosa blanca;
de
la cercana flor,
su
aroma de alma pura
y
sus colores de sol lejano;
de
la sombra minúscula
de
un primate en evolución,
las
esencias que nutren sus anhelos
de
llegar a ser como su creador...
Y
así sigue adueñándose
de
todo lo que encuentra en la vida,
todo
lo que descubre y lo que inventa,
como
un viajero del cosmos
que
disfruta de su camino
mientras
tiene ojos en el alma
y
luz en la conciencia
para
vestir un traje de palabras.
Todos los derechos reservados.
Mariano Valverde Ruiz (c)
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