DISCÍPULOS
DE ESQUILO
Hay
una caligrafía de la mente
que
adquiere su textura con el tiempo
en
los territorios que el sol eterniza.
Aquellos
que comprendan
las
razones ocultas de los hombres
que
son contradictorios en su esencia,
que
precisan de un orden absoluto
para
no ser meros súbditos
de
sus propias incógnitas;
aquellos
que contemplen sus errores,
y
su insignificancia, con pudor,
los
que esgriman nobleza de alma
en
la defensa de sus actos,
los
discípulos del poeta
que
llamaron Esquilo
y
de tantos otros,
mantendrán
su lugar tras la tramoya
del
teatro de la vida:
serán
los hombres del futuro.
Sus
descendientes
tal
vez vean las letras de su caligrafía
grabadas
en titanio
en
los pliegues del tiempo
y
reconozcan el legado
de
nuestra tradición, en la palabra.
La
senda de la mente nunca olvida
de
dónde vienen sus raíces.
(Otra realidad)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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