SINFONÍA
Se despereza el mar junto a nosotros
y sube la marea del deseo
dentro de mis arterias.
Soy un vaivén dulzón sobre las cumbres
rosáceas que colman de lascivia tus pechos.
El pulso me relata con mesura
las páginas ignotas del suspiro
que abandonas al aire evanescente del alba.
Te busco hasta que somos sinfonía,
locura musical de almas abiertas
al lujurioso envite de las caricias,
cama de besos, agua y ebria lengua.
Me convierto en jinete de tus senos,
un tiovivo carnal que rodea los vértices,
los mima, los eleva, les confiere dureza.
Nos entregamos como peces locos
a gemidos de luz sobre las sombras
hasta ser un destello nacarado.
Luego se abre el abismo del cansancio
y caemos a un mar de rocío que baña
dos cuerpos enlazados con saliva.
(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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