CINCO PÉTALOS
Hablamos
de las flores
como
metáfora de la vida,
la
manifestación de la belleza
en
su estado más puro,
la
sublimación de la luz
entre
las carnes de las plantas,
las
formas caprichosas
de
la armonía
que
proponen las matemáticas
de
la naturaleza.
Sus
colores seducen
a
todos los sentidos
y,
a veces, provocan
que
nuestras manos realicen
una
profanación de lo intocable.
Y
contamos sus pétalos
para
poder retar
al
amor o a la muerte
que
se oculta entre la belleza.
Cuando
admiramos
las
flores de la Pinguicula,
los
cinco pétalos
de
un deslumbrante azul
que
enamora,
no
imaginamos que esa perfección
de
tan irresistible tacto,
es
un reclamo para los incautos
que
serán su alimento
para
poder seguir brillando.
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