LAS
GARRAS DEL ALMA
La
edad de la inocencia
se
sucede a sí misma sin dar tregua,
mientras
desaparece su materia en la nada.
Entre
tanto, exploramos caminos de aventuras
que
horadan los destellos de la vida
sobre
prados de imágenes soñadas.
Nuestros
pasos se pierden
por
las esquinas del horizonte,
viajan
acompañados
por
las libélulas del tiempo
en
nubes de algodón volátil.
De
modo imperceptible,
nos
inundan los ritmos cotidianos,
hilan
su sed sonora,
mientras,
por las ranuras del vacío,
pasa
el aire de la obligación.
Y
a veces, la ventana del sosiego,
aleja
a las moscas grises de la angustia.
La
vida, derramándose en cada segundo,
nos
avisa de que todo tiene un final.
Entonces,
despereza el alma,
y
con sus garras de aire
atrapa
las esencias de los años
en
los que fuimos simples neófitos,
la
inocencia de nuestra infancia,
todo
lo que queda del niño que fuimos
para
asirnos a nuestras propias raíces.
(LA INTIMIDAD DEL PARDILLO)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
No hay comentarios:
Publicar un comentario