LA
INTIMIDAD
Reverberan
las luces del verano
en
la tierra cubierta por la sombra
que
proyectan las hojas de la higuera.
Entres
luces y sombras se diluyen
los
mutismos del ser sin referencias
que
no tenía a quien pedir ayuda
para
resolver lo que le afectaba,
y
la complejidad de la naturaleza.
El
niño busca higos mientras encuentra paz
y
cree en el milagro de la vida,
en
la magia ancestral que todo lo resuelve.
Se
filtra entre las hojas
la
luz de la esperanza.
Sin
embargo, percibe, en la piel de los frutos,
nuevos
interrogantes, nuevas dudas.
La
verdad no premiaba sus esfuerzos
por
comprender lo que sucedía a su espalda,
solo
era generosa con la luz mediterránea
que
iluminaba su desconcierto.
En
silencio pidió a la luz del sol
su
deseo más íntimo:
quería
transformar en habitable
el
entorno dramático que sufría.
Los
años le enseñaron
que
hacer realidad aquel proyecto
no
estaba en sus manos
porque
en toda una vida
no
caben concesiones para algunos deseos
que
solo son posibles cuando son un milagro.
(LA INTIMIDAD DEL PARDILLO)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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