miércoles, 24 de octubre de 2018

EL NÓMADA DE LA ESTEPA


EL NÓMADA DE LA ESTEPA

Monta de nuevo sobre su caballo
mientras el alba lo contempla.
Sabe que su mayor gloria no está
en no caer jamás de su montura,
sino en levantarse del suelo
cada vez que se caiga y volver a intentarlo.
Observa con orgullo el horizonte
que espera su presencia
para ser capital de sus dominios.
Siente sobre su piel
la caricia del aire de la estepa,
la historia de su gente
que ha pasado de boca en boca
y nota la humedad de la hierba
que ha cubierto los huesos de su tribu
muy dentro de su cuerpo.
Lleva su hogar descrito
en cada gota de su sangre.
El cielo alza sus sueños
más allá de la senda de los pájaros,
hacia la luz crepuscular
que traza el sol cuando busca la noche.
Cada día supone una oportunidad
para llegar más lejos,
para leer la vida en los matojos,
en las aristas de las piedras,
en las formas del cielo, en el dorso de su alma.
Cuando llegue la noche
se abrigará en la tierra de la que forma parte
como fiel forjador de la aventura
que jamás tiene miedo a la derrota.  


(OTRA REALIDAD)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)


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