domingo, 8 de noviembre de 2020

UNOS Y OTROS

 

UNOS Y OTROS

 

 

Durante más de cuatro décadas,

una sombra grisácea

envolvió los paisajes de los bosques

sin que la luz pudiese

detenerse en los ojos

de quienes amaban los versos.

 

Y muchos asumieron que no podían ser

completamente libres

para poder crear sus poemas.

Renunciaron a todo

y se perdieron en la bruma.

 

Algunos lo intentaron

porque las palabras llamaban a sus puertas

con la insistencia

de la necesidad por decir algo

que les ubicase en el mundo.

 

Unos habían sido labradores,

hijos de la pobreza

y de la esclavitud,

pero aprendieron las palabras

con las que aproximarse a todo lo que sentían.

 

Los hubo con coraje

para hurgar en lo abstracto

y burlar la censura,

o para denunciar las injusticias

y luchar por su dignidad

desde otros territorios.

 

Otros nacieron en familias

con recursos sobrados

para poder decir lo que quisieran

y no poner en riesgo su futuro.

 

Tanto unos como otros,

tenían enormes diferencias

que unieron las palabras

y su necesidad de comunicación.

 

De una forma u otra,

todos ellos querían estar comprometidos

con la realidad de su época,

poner pies al tiempo

y camisa al espacio

para hablar de la vida,

de la naturaleza

y de la condición humana.

 

Pero casi ninguno se atrevió

a dejar volar todos los pájaros

que habitaban en su alma.

 

Todos sabían

que un dragón de siete cabezas

se comería los pies del tiempo,

la camisa y la vida

de una generación entera.


MARIANO VALVERDE RUIZ (c)

Todos los derechos reservados.


 

 

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