miércoles, 29 de julio de 2020

LA MORADA DEL HUMO



LA MORADA DEL HUMO


Los incendios se extienden por el mundo
como una plaga milenaria
que amenaza la vida
con su lengua de azufre.

Devoran a los árboles,
a los animales cautivos,
a los hombres que buscan libertad,
a las musas perversas,
a los druidas del tiempo,
a todo lo que no es materia inerte
y también a las nubes.

El fuego acecha tras cada paisaje
como un vil desalmado
para hilar su venganza
sobre el reducto de los hombres
que no cantan a la belleza.

Espera su oportunidad
agazapado en la hojarasca
para convertir en ceniza
la esmeralda del bosque,
las casas de papel
y los cuerpos de porcelana
que viven mirando hacia fuera.

El fuego nunca tiene escrúpulos
para quemar los corazones
de todos los humanos
que no aman a la luz de sus conciencias.

Pero, más allá de la sombra
que producen sus llamas,
no arden los sentimientos
de algunos seres nobles.

Ni las palabras hechas de aire
que buscan en el cielo
la morada del humo
para convertirla en escarcha.

Ni la fuerza del viento
que arrastra la lluvia
que rocía de nuevo el bosque
para que germine la vida.


(c) MARIANO VALVERDE RUIZ
Todos los derechos reservados

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