EL
CONTENIDO DE LAS PALABRAS
Cuesta
mucho asociar a algunas frases
toda
la intensidad de sus conceptos.
Es
fácil pronunciarlas
sin
otorgarles todo el contenido
que
tienen sus palabras.
Pronunciar
«te amo» cuesta tanto
como
decir una palabra
de
un idioma que aún no se comprende,
y
hacerlo sin saber
que
se está en un recodo
del
laberinto de la vida.
No
es lo mismo que decir «te amo»
mientras
la luz devora nuestros besos
y
otorga plenitud a las miradas.
No
es lo mismo que decir «te amo»
y
sentir escalofríos
porque
la urraca de la muerte
vuela
tras el telón
que
recubre el momento
en
que se comprende que algún día
se
ha de perder lo que más quieres.
Es
muy difícil
pronunciar
«te amo» y ser consciente
de
que ese instante marca un antes
y
un después en la vida,
pensar
que es un momento irrepetible,
de
vital importancia.
Antes
de pronunciar esas palabras
hay
que sentirlas
como
una rotunda certeza,
y
decirlas serenamente,
como
en un entreacto del teatro del tiempo
en
el que amas con todo su sentido
y
maldices a la muerte
porque
dejará a tus palabras
totalmente
vacías de concepto
el
día que menos lo esperes.
(SECRETOS DE AMANTES)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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