ELOGIO DEL BALADRE
La
vida es la que toca en suerte.
A
pesar del dolor y del esfuerzo
que
le han robado tantas cosas
que
jamás volverán a repetirse,
hay
momentos que nunca cambiaría
y
de los que se siente satisfecho.
No
puede cambiar su naturaleza
como
tampoco puede hacerlo
la
planta que observa junto al camino.
Cuando
la mira ve en sus hojas
el
perenne color de la esperanza
y
en su lisa corteza
los
colores grisáceos
que
le ha otorgado la vida.
Abre
sus manos
y
repasa las nerviaciones
que
recorren su piel
igual
que los tallos enjutos
de
la planta silvestre
que
reta al aire con su ritmo.
Mira
sus flores
como
quien busca las estrellas
en
el rosa laurel
que
decora las ramas alejadas
del
calor de la tierra,
o
de quien busca el silencio
en
el blanco y amarillo
de
las flores vencidas hacia el suelo.
Algo
en su interior se asemeja
a
la raíz desnuda del baladre
y
a los designios de la vida.
Hay
una aparente fragilidad
en
las hojas lanceoladas
de
esta planta silvestre
que
hace temer por su fortaleza.
Y
sin embargo,
nada
es lo que parece
dentro
de su alma.
Igual
que el sufrido baladre
no
elige la vida que le ha tocado,
el
hombre que lo observa
ya
no dispone
de
la clave de su futuro.
Tan
solo posee la fortaleza
que
hay en su corazón.
Allí
reina la confianza en sí mismo
y
su voluntad de victoria
ante
todos los retos de la vida.
VISITA AQUÍ EL CANAL DE YOUTUBE: MARIANO VALVERDE RUIZ.
Mariano Valverde Ruiz (c)
Todos los derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario