martes, 16 de junio de 2020

UNA PRINCESA HINDÚ



UNA PRINCESA HINDÚ


Tus gestos son las huellas de las musas
que quedan tras tus pasos de princesa,
agua del río de la vida
que circula por la India con el Ganges,
el aroma de las especias
que condimentan mi alma
y un universo paralelo
que multiplica la textura
del espacio en el que te estoy amando.

En otras ocasiones,
tus huellas son como aves
que vuelan por el delta del paraíso
dando color al aire,
o versos que convierten mi camino
por la ciudad más íntima
en hermosos paseos a tu lado,
donde solo es sonido tu sonrisa,
donde toda la luz del infinito
se alimenta de tu mirada.

Como si fueses
la reencarnación de la belleza
y la hubieses mutado,
cada ser de este mundo
posee lo mejor de tus virtudes.
En los animales se encuentra
tu nobleza felina,
en los árboles, tu oxígeno,
y en la materia inerte,
la fuente inagotable
de tu energía.

Pero hay algo insondable
que no puedo explicar con las palabras,
ni tampoco expresar de forma más concreta:
haces posible que perdure
el misterio que late en cada cosa
para que lo imposible
se pueda parecer a las creencias hindúes,
a la constatación
de que todo está vinculado
con los elementos,
que somos un proceso en equilibrio,
que la vida define
la reencarnación de la belleza
como nueva oportunidad
para alcanzar lo que no se ha logrado.


Todos los derechos reservados
(c) Mariano Valverde Ruiz

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