sábado, 27 de junio de 2020

LOS RECOLECTORES DE LÍQUENES



LOS RECOLECTORES DE LÍQUENES


Hace un frío glacial en la vaguada
que cristaliza el hielo
y trenza el volumen del aire.

A los recolectores de líquenes
se les congelan las pestañas,
los dedos de las manos
y la jornada laboral.

Lienzos de un color verde oscuro,
envuelven los troncos de los árboles
con la esperanza de la tierra,
recubren las arrugas
que muestran sus cortezas
y mantienen al frío deshuesado.

De improviso,
el bosque es una conjunción
de sonidos metálicos
que ahuyentan a los pájaros
y a las ardillas.

Un hombre se inclina en silencio,
hace una reverencia ante un gran árbol
y le pide perdón
antes de poner en marcha
los dientes de la sierra
que segarán los líquenes
como una metafórica cosecha
de la esperanza y del futuro.

Y al igual que los seres impotentes
ante su destino fatal,
las raíces de los árboles
tiemblan bajo la tierra
como lo harán los descendientes
de los hombres que hoy siegan la esperanza
de un mundo sostenible.


(c) MARIANO VALVERDE RUIZ
Todos los derechos reservados.

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