WALLADA
Es
la flor más hermosa de su patio
y
la de todos los jardines
que
hay en el califato de la gran Córdoba.
Se
negó a llevar velo que ocultase su rostro,
las
láminas doradas y los hilos rojizos
de
las rosas omeyas que decoran su pelo,
la
sensibilidad de su cultura
y
su avanzada inteligencia.
No
teme los reproches
de
los que la llaman perversa,
critican
su talante de flor poética
y
la desean en silencio.
Es
dueña de sus actos,
cuida
la libertad de su alma,
el
reino de palabras que ofrece a las mujeres
y
cautiva a los hombres eruditos.
Porta
con orgullo el legado
de
la última princesa andalusí.
De
sus ojos azules, nacen los manantiales
que
alimentan la poesía.
Su
corazón resguarda los secretos
del
amor que profesa a Ibn Zaydún,
aunque
no le perdona su traición
con
la esclava de piel oscura.
Hoy,
sus labios eligen quien los besa.
Su
corazón lo entrega solo a la poesía.
(Otra realidad)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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