EL
TRADUCTOR DE TOLEDO
Ha
consumido sus días y noches
entre
hojas de libros que atesoran
el
saber de los siglos
en
lenguas de culturas
que
ahora traduce sin descanso.
Ha
aprendido que quien busca el saber
para
jactarse de quienes no lo comprenden,
para
ser alabado por los sabios,
para
adquirir riqueza
o
para estar en boca de las gentes,
está
lejos del triunfo,
pues
sus anhelos
no
alcanzan la verdad más pura
ni
la profundidad de su enseñanza.
Cuando
observa a otros
disfrutar
de la vida,
piensa
en si sirve de algo su trabajo.
Pero
luego retoma la tarea
con
toda la pasión de que es capaz.
Nunca
el tiempo es perdido
cuando
se entrega el alma en lo que se hace.
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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