MANCHA DE TINTA
El
bolígrafo estalla entre mis manos
en
el momento exacto de iniciar la escritura.
La
palabra basura se dispone
a
calificar muchos de los hechos
que
traen las noticias de la prensa.
Busco
un lápiz que tenga una mina de nata
para
endulzar el texto con la blanca inocencia
de
quien solo pretende ser correcto.
Dudo
por un instante. Quizá no sea yo
si
cuento los paisajes de mi alma
apoyado
en metáforas oscuras
y
me olvido de cuanto está putrefacto.
Aunque
la corrupción no es materia poética,
sí
lo es la rebeldía de los hombres
ante
lo que está mal y nos afecta.
No
opino lo contrario
cuando
me siento inerme ante las cosas
que
complican mis planes de futuro.
Sé
que no lograré cambiar el cosmos
prendiendo
una cerilla,
pero
mientras su luz sea belleza
quizá
otros me acompañen hasta el cielo
con
sus sacos de amianto.
Mientras
tanto, mantengo la palabra
donde
la soledad de cada hombre
cabalga
sobre ritmos cotidianos
haciendo
de este mundo una mancha de tinta
en
la caligrafía del Dios del universo.
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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