Ser tu agua convertida en manantial,
la saliva que brota en tu garganta.
Vivir en el océano universo
al que das la dulzura de los astros.
Existir en ti, cálido remanso,
lo mismo que en mi sed tienes presencia,
dormitas en la tibia hora del sueño
o abrasas mis estepas
con las inexploradas esquirlas de tus labios.
Ofrecerte la luz y la armonía
de una paz hechizada para dos
como lumbre creadora
que vierte su tornado de brasas intangibles
sobre el gesto pausado de las manos.
¡Cuánto quisiera darte! ¡Cuánto serte!
Siento la melodía de la espuma
ablandando al deseo sobre la piel del alga.
A este lado del mar hay un tiempo de ausencia
rondando las neuronas, el pecho y la poesía.
¿Qué más podría darte?
¿Qué serte para que los dos seamos?
(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
No hay comentarios:
Publicar un comentario