LOS
POEMAS DE LOS HUMILDES
Aunque
sus letras huelan
a
café de achicoria
y
tengan el mismo color
que
un eclipse de luna,
los
poemas de los humildes
tienen
tanto valor
como
los de tintas áureas
sobre
papeles de misterio
y
mensajes de bruma,
esos
textos incompresibles
que
beatifican los años
con
su inefable pátina.
A
su modo,
recuerdan
los caminos
hacia
la verdadera
razón
de la existencia,
retan
a todos los silencios,
hurgan
en los recuerdos,
incitan
a la mente
para
que no duerma en las calles
y
se hiele de frío,
alimentan
la sensibilidad
y
nutren la conciencia.
Los
poemas de los humildes
tienen
los pies sobre la tierra
y
describen al mundo
como
un lugar de paso
del
que nada se llevan
con
sus alas entre las nubes.
Son
como un viejo sauce
al
que ladran los perros
cuando
llega el crepúsculo.
(c) MARIANO VALVERDE RUIZ
Todos los derechos reservados.
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