EL
DOLOR NO SE INVENTA
No
es posible hablar del dolor
de
los hombres del bosque
ni
de su cruel herida
sin
que se haya sufrido
la
mordedura de los años
en
las entrañas.
El
dolor no se inventa,
se
ha de reconocer
entre
la propia carne
como
un estigma de la vida.
Ni
tampoco es posible
intentar
presentar el sufrimiento
como
un cuadro de signos
pintado
sobre un cristal de hielo.
Aunque
lo pretendamos,
no
es posible hablar del dolor
y
tener la esperanza
de
que el poema sea fiel
a
lo que hubo antes,
a
lo que hoy expresa la herida,
o
a lo que será su yaga
cuando
todo termine.
Para
hablar del dolor
con
algo de verosimilitud,
hay
que intentarlo cuando todo duele
hasta
que se está a punto
de
perder la consciencia.
Y
en ese instante
es
completamente imposible
poder
contarlo.
(c) MARIANO VALVERDE RUIZ
Todos los derechos reservados.
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