UN
TÓPICO DE LA SELVA
El
rol de cazador en la sabana
no
es tanto del león hambriento
como
de la gacela que lo espera
cerca
de un foso sin salida
dispuesto
alrededor de sus encantos.
Cuando
caigo en la trampa
no
soy consciente del peligro,
estoy
distraído en sentir
cómo
me reconforta
la
indiferencia al miedo que muestras.
Comienzo
a ser el hábil cazador
que
lame tu figura
deleitando
todos sus sentidos
con
el sublime tacto de tu cuerpo.
Sonríes
satisfecha
porque
ya no hay escapatoria.
Jamás
podré escalar
las
paredes del foso,
aunque
tenga paciencia de monje tibetano
o
la estirpe del héroe
que
humanizaba Píndaro.
Y
me doy por vencido.
Casi
nunca se busca
lo
que acaba encontrándose,
aunque
siempre se pierde
lo
que al final se aleja
sin
una despedida.
Imagino
que sabes de lo que te hablo.
(SECRETOS DE AMANTES)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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