EL
TRILLO
Cada
palabra escrita
me
permite poder nacer de nuevo,
ser
hijo predilecto de una idea
a
la que doy forma a mi antojo.
Mis
manos, como si fuesen cuchillas
de
un trillo sobre la era,
cortan
los tallos
y
separan la paja
de
las semillas de oro.
El
tiempo las avienta
y
las devuelve al suelo
para
que se acomoden en el folio
con
formas caprichosas.
Hallo
cierto valor en esta forma
de
amarse en lo creado,
en
construcciones alfabéticas
hechas
con la materia del recuerdo.
Pero
siempre hay algo que me inquieta:
nunca
podré cambiar lo que ya fue.
Mi
infancia, como mies segada antes de tiempo,
sigue
trillándose
en
la era del pasado
y
aún no está preparada
para
extraer harina con la que alimentar
las
palabras no escritas.
(La intimidad del pardillo)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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