JUEGOS
DE CONSTRUCCIÓN
Construir
un carromato para que la fantasía
pudiese
pasear por los campos de Lorca,
no
fue tarea difícil.
Busqué
y corté las cañas necesarias.
Luego
les di la forma de dos ejes
y
de cuatro barrotes.
Después
me hice con varias láminas ovaladas
de
chumbera silvestre
en
las que recorté una base cuadrada,
cuatro
círculos para que simulasen ruedas,
y
como laterales: dos rectángulos.
Ensamblé
con esmero cada parte
hasta
que el carro puso sus huellas en la tierra.
Dentro
del carro iba mi ilusión.
Mis
manos lo movían con orgullo
sin
poseer conciencia de la dificultad
que
después supondría construir mi propia vida
con
materiales simples.
Hace
más de cincuenta años de aquello
y
todavía tengo alma de creador.
Quizá
hoy siga inventando juegos de construcción
con
la materia de los sueños,
aunque
ahora sea escepticismo
lo
que viaja en mi carro por las sendas del aire.
(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
No hay comentarios:
Publicar un comentario