QUINQUÉ
Sobre
la vieja mesa de cocina
hay
una lámpara
alimentada
con petróleo
y
provista de un tubo de cristal
que
resguarda la llama para que no se apague.
A
su alrededor juega la ignorancia
describiendo
el paisaje de las dudas
con
las que un niño reta a su destino.
Una
pálida luz dibuja los contornos
de
aquel niño hoy ya olvidado,
y
de su corazón de ave inocente.
Es
esta la verdad que me muestra el recuerdo
cuando
pregunto al cosmos
por
la imagen desnuda que cruzó las tinieblas
de
mi inocencia.
Ahora
me ilumina una lámpara led
que
engulle, sin pudor, la oscuridad.
Sin
embargo, esta luz no dibuja mi rostro
en
el espejo roto por las sombras
que
ha dejado mi vida.
Quizá
persista aún la incongruencia del tiempo,
mantenga
el poso gris de las preguntas
que
las circunstancias me han planteado
desde
que aquel quinqué
me
viera jugar con las dudas
que
condicionarían mi existencia.
(La intimidad del pardillo)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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