CANCIÓN
EXTRANJERA
A
la sombra de un tótem,
en
la tierra de Pascua,
un
joven observaba
el
plumaje de un ave migratoria.
Muy
pronto se echaría
al
mar desconocido
para
buscar las tierras
donde
crece el futuro.
No
temía a los cambios.
Pensaba
en adaptarse al mundo,
que
la realidad le permitiese
poder
sobrevivir
al
huracán del tiempo.
El
ave levantó sus bellas alas
mientras
el joven daba a los guijarros
la
forma de sus ilusiones.
Y
en la piedra quedaron
escritas
sus palabras:
La
vida sigue el rumbo de una línea
que
repta por el suelo.
En
los brazos del aire
está
el rostro del mundo,
los
hechos que rodean
el
espacio de una existencia.
Igual
que aquel migrante,
aceptamos
los retos
que
desafían nuestro instinto
y
miramos el horizonte
como
un gran océano sin fronteras.
(OTRA REALIDAD)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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