AVES
DE BARRO
Hace
nueve mil años
en
la urbe misteriosa de Catalhöyük
un
viejo alfarero observaba la arcilla,
quería
transformarla
en
un halcón de barro y dejarlo volar
con
la esencia de su alma.
Creía
que la vida siempre exige
tener
que completar una metamorfosis,
transformar
su labor cerca del suelo
en
la de un ave voladora.
Cada
día notaba las cuerdas de la tierra
en
torno a sus tobillos
y
presentía cerca la tragedia
del
temblor de sus manos.
Sabía
que en cualquier instante
el
filo de las horas cortaría sus sueños
con
la guadaña de la muerte.
Afrontaba
sus miedos en silencio
para
huir del desánimo.
Soñaba
con cambiar su suerte,
y
poder volar por las nubes,
volver
a sus orígenes, crear un silogismo
con
la voz del destino, la arcilla de la tierra
y
el azar de sus manos.
Quería
verse a sí mismo en el cielo,
resolver
el enigma de su vida,
no
perecer en cada intento
como
un halcón que vuela hacia su presa
y
siempre se le escapa.
(OTRA REALIDAD)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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