Quien
escribe el poema
es
el hijo del niño que vivió en su interior
y
el padre del anciano
que
le espera detrás de cada instante.
Ten
por seguro que es un hombre humilde.
Habrás
de protegerle
con
la luz bondadosa de tus ojos,
pintar
el beneficio de la duda
en
el rostro que nos presenta
y
considerar siempre
el
personaje poético
que
interpretan sus versos
como
un ser consecuente con su tiempo.
No
desprecies su vida.
Escucha
su latido,
tal
vez pueda ayudarte
a
comprender el tuyo.
Aunque
tengas certeza
de
que nada es perfecto
ni
quizá inalterable,
puedes
considerar lo que diga
como
firme propuesta
de
un hombre con principios.
(La intimidad del pardillo)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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