Sólo tú sabes cuál es tu verdad.
Sólo tú reconoces el contenido puro
de la naturaleza que te nombra
con la dimensión de la luz perpetua.
Para mí queda toda la incógnita
que supone vivir cerca de tus caprichos.
Cada noche te acercas a mis sueños
con palabras de embrujo,
complejos laberintos de emociones
y la textura ignota de la magia.
Entonces no hay silencio que contenga
la inquietud desbordante del abrazo.
Eres misterio contra toda lógica,
una realidad que no se entiende.
Te amo y no puedo sino intentar descifrarte.
(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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