Crece la luz,dibuja la belleza.
Amanece sobre tu nombre.
Los lienzos de las olas más románticas
abrazan la mullida arena. El mar
respira ya empapado de tu espuma.
Millares de gaviotas juguetonas
perfilan sus estelas en el viento,
rizan las nubes, tiemblan con el aire
y entretienen sus picos en el agua.
El viento despereza, temeroso,
indeciso a lamer el lecho tibio
donde somos resaca de noche desmedida.
Queda el brillo amatista de los astros
en el suave regreso de tu piel.
Guardo la levadura de los besos
en la luz de tu boca. Eternamente.
(El deseo o la luz. Ed. Universidad de Murcia)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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