LAS
FORMAS DEL AGUA
Entre
las cataratas del Niágara
se
filtra la luz arcoíris
de
un atardecer con tonos melancólicos
que
ilumina las formas caprichosas
que
adopta el agua en su caída.
Dos
amantes encuentran su destino
mientras
la fuerza de las aguas
se
convierte en espuma.
Es
una imagen hecha para el cine,
pero
podría ser nuestro paisaje:
la
exaltación de la naturaleza
convertida
en pasión y sentimiento.
El
amor no es eterno,
pero
crea vivencias
que
son irrepetibles,
y
que buscan la eternidad
de
un instante, como el agua al caer.
El
tiempo permanece en su materia,
exime
de peaje a los recuerdos
que
portan su verdad, sin ataduras.
Su
mensaje se queda en mi memoria
como
nave varada en un remanso
del
río que nos lleva.
Me
estremece tan solo de pensarlo.
Te
busco nuevamente
a
cobijo del aire desalmado
que
sobrevuela la existencia.
Y
el tiempo es catarata de sabores
en
la ternura de tus labios.
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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