CON
LAS NOTAS DEL FADO
El
puerto de Lisboa
va
cambiando de tono con las horas.
Esa
luz aceitunada que resalta los barcos
se
convierte en reflejos azulados
con
la melancolía del fado marinero
nadando
en sus aguas.
La
terraza de un bar
contiene
el vino dulce de la copla
y
los lamentos en el aire
de
un dolor sobrehumano
que
interpreta la voz de una mujer
sobre
las notas tristes
de
una guitarra.
No
quiero imaginar siquiera
lo
que ha de ser notar muy dentro
el
dolor por la muerte
de
quien es la razón
para
seguir viviendo.
Te
miro a los ojos
mientras
escuchamos la letra
de
una canción del alma.
No
sé qué estarás pensando.
Hay
profunda tristeza en tu mirada,
y,
sin embargo, me hablas
de
lo hermosa que es la vida.
Acaso
ocultas lo que piensas:
no
poder soportar
el
dolor por la pérdida
de
lo que ahora posees.
Recuerdo
lo que decía Pessoa
sobre
el arte de fingir un dolor
que
de verdad se siente.
Y
me envuelvo en la luna
para
cubrir mi cuerpo
del
frío espasmo que me asalta
tras
el amargo final de la copla.
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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