ADVERTENCIA
Quien
escribe derrama toda su alma
sobre
la superficie del papel.
Lo
sabe y no renuncia
a
dejarse morir en cada verso.
Nada
le condiciona.
Nadie
consigue que detenga
su
flujo de palabras,
el
eco de su sangre,
las
voces pronunciadas con las venas
desde
el yo retador de su experiencia.
Si
está triste, lo escribe
para
encontrar consuelo.
Si
ha tocado las fibras de la felicidad,
escribe
para que dure un instante más.
Si
se busca a sí mismo,
escribe
para vencer a sus demonios,
para
ubicarse en el mundo,
para
crear una ficción,
para
ser diferente,
para
cambiar lo injusto,
para
ganar el cielo…
Quien
escribe
sabe
que sus palabras,
igual
que su existencia,
desaparecerán
en el baúl de la nada.
Y
no le importa.
(OTRA REALIDAD)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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